05/ septiembre/2007
Como todas las cosas o personas de las cuales me he desprendido o despedido en estos últimos meses, sin pensarlo y de improviso te llego tu turno. No me lo imaginaba, ni quería pero lo acepte. No fue por sucesos buenos o malos, sino simplemente el deseo de volar a otro horizonte y cumplir un sueño o una ilusión, que ya desde hace un tiempo lo venias creando, solo espero que no te hayas equivocado y que nada ni nadie te corte las alas. De mi parte podría decirte que atendí tarde a tu llamado por estar inmerso en un laberinto y que trate de dar pasos agigantados para alcanzarte pero no me fueron suficientes, me gano el tiempo. Lo siento como una derrota más. De ti muchas cosas buenas por decir, sin querer pasaste el examen, cumpliste con el arquetipo, me devolviste un poco a la vida, le diste color. Lastima que te tengas que ir y que nunca llegamos a concretar nada. Extrañare tus manos, tus rizos, tu mirada chocando con la mía y todos esos silencios inquietantes, signo de que habían muchas cosas en común a pesar de todo. Te vas con la cara en alto, como los grandes. Quizás apenada o cortada por lo sucedido y créeme te entiendo. Cuando la suerte o la felicidad tocan la puerta hay que abrirle de una vez, sin pensarlo. A la mía toco varias veces y no le pare pensando que lo tenía todo y a la final termine siendo un minusválido. La diferencia con respecto ala anterior, fue que aquí nunca me malpegue, siempre me mantuve al margen. Por eso te das cuenta que tome todo con espontaneidad, con naturalidad, aunque no te niego que me quede frío, pero fue algo fugaz. Ahora me hice inmune a muchas cosas. Tu partida fue el regalo que nunca espere y mucho menos a pocos días de mi cumpleaños.
Nos veremos en los recuerdos. Aunque nunca habrá un adiós, simplemente un hasta luego. So long. Goodbye beautiful…
Como todas las cosas o personas de las cuales me he desprendido o despedido en estos últimos meses, sin pensarlo y de improviso te llego tu turno. No me lo imaginaba, ni quería pero lo acepte. No fue por sucesos buenos o malos, sino simplemente el deseo de volar a otro horizonte y cumplir un sueño o una ilusión, que ya desde hace un tiempo lo venias creando, solo espero que no te hayas equivocado y que nada ni nadie te corte las alas. De mi parte podría decirte que atendí tarde a tu llamado por estar inmerso en un laberinto y que trate de dar pasos agigantados para alcanzarte pero no me fueron suficientes, me gano el tiempo. Lo siento como una derrota más. De ti muchas cosas buenas por decir, sin querer pasaste el examen, cumpliste con el arquetipo, me devolviste un poco a la vida, le diste color. Lastima que te tengas que ir y que nunca llegamos a concretar nada. Extrañare tus manos, tus rizos, tu mirada chocando con la mía y todos esos silencios inquietantes, signo de que habían muchas cosas en común a pesar de todo. Te vas con la cara en alto, como los grandes. Quizás apenada o cortada por lo sucedido y créeme te entiendo. Cuando la suerte o la felicidad tocan la puerta hay que abrirle de una vez, sin pensarlo. A la mía toco varias veces y no le pare pensando que lo tenía todo y a la final termine siendo un minusválido. La diferencia con respecto ala anterior, fue que aquí nunca me malpegue, siempre me mantuve al margen. Por eso te das cuenta que tome todo con espontaneidad, con naturalidad, aunque no te niego que me quede frío, pero fue algo fugaz. Ahora me hice inmune a muchas cosas. Tu partida fue el regalo que nunca espere y mucho menos a pocos días de mi cumpleaños.
Nos veremos en los recuerdos. Aunque nunca habrá un adiós, simplemente un hasta luego. So long. Goodbye beautiful…
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