9 de diciembre de 2007

He aprendido


* He aprendido que no puedo hacer que alguien me ame, solo convertirme en alguien a quien pueda amar; el resto ya depende de los otros.

* He aprendido que por mucho que me preocupe por los demás, muchos de ellos no se preocuparan por mí.

* He aprendido que puede requerir años para construir la confianza y únicamente segundos para destruirla.

* He aprendido que lo que verdaderamente cuanta en la vida, no son las cosas que tengo alrededor sino las personas que tengo alrededor.

* He aprendido que puedo encantar la gente por unos 15 minutos; después de eso necesito poder hacer más.

* He aprendido que no debo compararme con lo mejor de lo que hacen los demás, sino con lo mejor que puedo hacer yo.

Incertidumbre (hasta en sueños II)




03/ 12/ 07

La incertidumbre me jugo una, me puso mas dudoso y terco de lo que ya soy. Y es que no soporto estar así, tengo que tener tranquilidad, armonía con tod@s y todo lo que me rodea para poder actuar con sobriedad y hacer magia a cada momento.
Contigo no estoy acostumbrado a malos ratos, sino todo lo contrario.
Tu nombre revoloteaba en mi cabeza, tus recuerdos, imágenes se adueñaron de mi mente. Recordaba tu sonrisa y solo quería meterme en ella, disfrutar contigo, saber que todo estaba bien entre nosotros. Tus canciones sonaban en la radio y me hacían volar y a la vez estrellarme, eran sensaciones volátiles, expresadas en nano segundos. Mi corazón esta vez no bailaba al ritmo de tu fantasía pop, ni vivía en tu ciudad paradisíaca, solo pensaba en mi adolescencia fluorescente y agradecía por los todos los momentos compartidos a este momento. El futuro se tornaba incierto. Me sentía cobarde, sentía que las palabras podían fallar o que encontraría en ti una pared, un reverso. Dormía y no quería soñarte, pensaba y me perdía.

Ora vez sucedió lo mágico, hasta en mis sueños estas.

En la realidad existe una “barrera” que en los sueños no existe y por ende suceden todo tipo de cosas en ellos. Hiciste justo lo que debías y justo lo que yo quería. Que me dieras confianza, me comprendieras y camináramos juntos otra vez, como siempre.
Tres sueños, muy buenos todos, me dieron la certeza, el animo del cual carecía.
Esta vez no desperté queriendo continuar el sueño o satisfecho, sino con todas las herramientas y la actitud necesaria para romper el silencio inverosímil que la incertidumbre había creado en mí. No titubee ni un momento, deje lo testarudo atrás y te busque. Sorpresa! Estabas ahí, tan amable y linda como siempre, atenta y dispuesta a todo. Me di cuenta que la voz no miente, que quizás puedas saber mas cosas que yo; y que yo simplemente estoy pasado de tonto. Que debo de seguir firme, seguro, cauteloso. Quizás en estos días no hemos compartido mucho o hemos estado ocupados, pendiente de otras cosas, pero lo poco ha sido suficiente –por ahora- para seguir ahí, sin desmayar.
Por cierto el color negro te combina y hace ver muy bien, al igual que sentirte entre mis brazos.
Lo mejor es que no solo esto pasa en suelos, también pasa en la realidad.