6 de julio de 2011

Miles de cosas



Muchas veces el tiempo se nos va pensando en imposibles, en lo que no paso y tal vez deseando cosas que nunca tendremos.
Quizás sea codicia, vanidad o como alimentar una parte oculta de nuestro ser, buscando felicidad en lo material, en lo accesorio y olvidándonos que se encuentra en los pequeños detalles, en gestos, escondida en milésimas de segundo, en esos milagros cotidianos o momentos mágicos que nos regala la vida.

El tiempo de Dios es perfecto, muchas veces dudamos de eso.
Los obstáculos, las trabas existen para hacernos ver o saber con que tanta fuerza deseamos lograr las cosas o hasta donde queremos llegar; olvidamos que a pesar de todo esto, cuando realmente se quiere, se desea algo, todo el universo conspira para que ese algo se haga realidad.

En ese largo camino con matiz aventurero siempre nos topamos con miles de cosas, como lobos disfrazados de amigos, uvas pecaminosas, oasis con forma de oportunidades, mentiras dichas como verdades. Lo difícil seria acertar, reconocerlas, tomar la decisión correcta para cada caso.

He pasado noches enteras sin dormir, mañanas enteras durmiendo. Cuestionando todo, que si es correcto, que si todo va bien encaminado, si me llena lo suficiente o si es lo que he querido o he deseado lograr o  tener.

Los retos están, en uno esta asumirlos o dejarlos pasar. Al final, todo esfuerzo tiene su recompensa, aunque siempre he pensado que vale mas la satisfacción de haberlo hecho, de haberlo logrado, de haber llegado hasta ahí, ya lo demás es ganancia.

Como se sabe, el que mas habla o se jacta poco hace; el que ríe de último termina haciéndolo mejor; siempre me reservo ambas opciones.

Muchas personas andan en la vida sin dejar huellas, sin trascendencia. Gastaron la energía, trillaron todo de tanto promocionarse, al final, andan por la vida con más penas que glorias.

Deberíamos de ser mas humildes, fijarnos en el trabajo que hace la gota, que con su constancia llega a romper la roca, algo que en teoría parece imposible.
Como mencionaba anteriormente, en lo pequeño de la vida es donde están las grandes cosas.

No podemos andar pretendiendo que somos una maravilla del mundo andante, que algo mínimo que hagamos lo cataloguemos o tratemos de ponerlo a nivel de una obra maestra.

No olvidemos que somos semejantes unos a otros, estamos hechos bajo un mismo molde o patrón, tendremos diferencias, pero genotípicas y fenotípicas, algo normal pues.

La vida nos pone el camino, las opciones, las oportunidades; en nosotros esta la decisión de por donde transitar y elegir.

Si seguimos, podríamos hablar de miles de cosas. De a poco voy transitando mi propio camino.

¡Paz!