16 de noviembre de 2007

A medianoche (my worst nightmare)


15/ 11/ 07

Sube el telón, ya es casi medianoche, el cansancio se apodera de mí. Pareciera que el techo del cuarto se me viniera encima, que las paredes me abrazaran. Sentado, cabizbajo, el cerebro revolviéndose y por ende causando dolor a mi cabeza. Una vieja música de fondo me acompaña, la cama llena de hojas, lápices, discos que ya sonaron tratando de hacer la noche más amena y un teléfono que debiera de sonar, pero se queda mudo. Mi cabello tapa la mitad de mi ojo, como siempre, viendo las verdades a medias para no hacerlas tan cruel inmediatamente. Me rió fuerte, con ironía y a la vez con tristeza porque soy uno de los pocos pendejos que aun habla con sinceridad, que es responsable, puntual y casi no miente, quizás esto sea un castigo para mi mismo. La sinceridad más que un amigo es también enemigo, más que una virtud también es un defecto. Estoy esperando algo o alguien y no se si estará ahí.
Después de pasar horas me doy cuenta que no cuestione lo suficiente y me fui por la tangente o quizás tuve un lapsus cuando tome la decisión. Esperar no es mi fuerte, detesto eso, pero que se hace. No tod@s tienen mi confianza, mi trato y sabes tal vez parezca que soy egoísta, arrogante, antipático, chaborrero, odioso, antisocial y todo lo que quieras, pero no, soy un pendejo. A tod@s les doy facilidad, un puñado de oportunidades y no las aprovechan, mientras yo tomo el camino más difícil, complicado. Entonces por momentos descubro insignificantemente que no tengo sentimientos de acero, que soy vulnerable, idiota, accesible, mas fácil que una prostituta y sabes ya no me importa un pito si piensan que soy el peor de todos.
En fin, todo parece indicar que los malaventurados no lloran, que todas las cosas son mágicas, que miserablemente en un puto día algo te tiene que salir mal, que son las leyes de la vida. Mis ojos delatan cansancio por que fue un día movido, sin duda alguna bueno a pesar de todo y podría haberlo cerrado con broche de oro, pero ya ves no todo es perfecto. Después de un día arduo, donde tuve que lidiar con malintensos y eliminar excremento del cerebro para poder almacenar información útil, me doy cuenta que tengo que dormir, descansar, recuperar fuerzas, mañana es otro día. Si no estoy o no aparezco por ningún lado, de seguro estaré en el circo, búscame ahí y disfruta mi función, lo haré lo mejor posible.
Lo que falta es que al acostarme lo jugadores de fútbol salgan de los afiches guindados en la pared y me enciendan a patadas, por pendejo, por tener palabra.
Baja el telón y ya es más de la medianoche…

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