Te cambiaria una lagrima por miles de sonrisas, el temor por un morral lleno de seguridad y un trozo de paz dentro de el.
Haré que mis débiles brazos sean fuertes para hacer las veces de columnas y vigas cuando sientas que el cielo se te venga encima con la misma velocidad de una avalancha.
Cambiare los tonos grises del cielo, con un pincel eliminare las manchas de las tempestad para ponerlo con un fondo negro y con millones de luciérnagas revoloteando y así disfrutes de lo mágico, de lo etéreo, como lo hiciste conmigo aquella mañana.
Cuando sientas que todos se vayan y te dejen sola, ahí estaré contigo, dándote todo lo que necesites. Todo eso que te hace feliz.
Que las tristezas sean solo vestigios, algo así como huellas en la arena que se borran con los pasos de las olas o manchas que se borran con el tiempo.
Que mis ojos sean un lindo lugar donde se refugien los tuyos.
El latir de nuestros corazones una melodía fascinante donde nuestras pieles bailen al compás de el.
Que mis dedos se queden atrapados con tus rizos, que tu rostro enrojecido sea el mejor lugar donde pueda plasmar una sonrisa indeleble, que sea permanente al tiempo y las posibles adversidades que puedan presentarse.
Poder detener el tiempo, ponerlo en una cajita y arrojarlo al fondo del mar donde nadie pueda encontrarlo y así pasar largas y eternas horas a tu lado.
Cuando sientas que te caigas ahí estaré con mis brazos abiertos para que amortigües en ellos.
Volaremos en el cielo con los brazos abiertos, tomados de la mano. Veremos el atardecer en el mar con nuestros pies hundidos en la arena, tomados de la mano. Caminaremos calles enteras, todo esto lo haremos tomados de la mano como un firme lazo de unión.
Asegurarte siempre mi presencia, en cada lugar, en cada momento; que el día que no puedas verme o no pueda estar al menos recompensar eso con mi voz.
Ser una especie de guerrero y librar mil batallas por ti, protegerte con mi escudo o tal vez ser un ángel y arroparte con mis alas extendidas. ¡Ser todo para ti!
El agua que calme tu sed, esa agua que les da vida a los peces. Que tus ojos sean tan imprescindibles como un rayo de sol en la mañana, reconfortarme con ellos, encandilarme, cerrar mis ojos y volver a verlos.
Sentir tu presencia, tus ganas de darme cada día motivos para sonreír, para vivir.
Con nuestra fe, con nuestro amor podremos mover montañas, detener el cauce de los ríos, tal vez acostados en una grama dibujando cosas en las nubes.
Construir castillos de arena, escribir nuestras iniciales en todos lados, en el fondo del mar, ponerlas hasta en la espalda del sol.
¡Tú eres mi paz! ¡Mi tranquilidad! ¡Mi calma!
¡Un tesoro encontrado, más que una princesa de cuentos de hadas o de ficción, eres mi realidad! ¡Palpable, visible!
¡La luna, las estrellas que iluminan mis noches!
Lo nuestro va más allá de un beso, una caricia o un encuentro.
¡Tú y yo!
K&L
“Aquí estoy, así es y siempre será así”
Haré que mis débiles brazos sean fuertes para hacer las veces de columnas y vigas cuando sientas que el cielo se te venga encima con la misma velocidad de una avalancha.
Cambiare los tonos grises del cielo, con un pincel eliminare las manchas de las tempestad para ponerlo con un fondo negro y con millones de luciérnagas revoloteando y así disfrutes de lo mágico, de lo etéreo, como lo hiciste conmigo aquella mañana.
Cuando sientas que todos se vayan y te dejen sola, ahí estaré contigo, dándote todo lo que necesites. Todo eso que te hace feliz.
Que las tristezas sean solo vestigios, algo así como huellas en la arena que se borran con los pasos de las olas o manchas que se borran con el tiempo.
Que mis ojos sean un lindo lugar donde se refugien los tuyos.
El latir de nuestros corazones una melodía fascinante donde nuestras pieles bailen al compás de el.
Que mis dedos se queden atrapados con tus rizos, que tu rostro enrojecido sea el mejor lugar donde pueda plasmar una sonrisa indeleble, que sea permanente al tiempo y las posibles adversidades que puedan presentarse.
Poder detener el tiempo, ponerlo en una cajita y arrojarlo al fondo del mar donde nadie pueda encontrarlo y así pasar largas y eternas horas a tu lado.
Cuando sientas que te caigas ahí estaré con mis brazos abiertos para que amortigües en ellos.
Volaremos en el cielo con los brazos abiertos, tomados de la mano. Veremos el atardecer en el mar con nuestros pies hundidos en la arena, tomados de la mano. Caminaremos calles enteras, todo esto lo haremos tomados de la mano como un firme lazo de unión.
Asegurarte siempre mi presencia, en cada lugar, en cada momento; que el día que no puedas verme o no pueda estar al menos recompensar eso con mi voz.
Ser una especie de guerrero y librar mil batallas por ti, protegerte con mi escudo o tal vez ser un ángel y arroparte con mis alas extendidas. ¡Ser todo para ti!
El agua que calme tu sed, esa agua que les da vida a los peces. Que tus ojos sean tan imprescindibles como un rayo de sol en la mañana, reconfortarme con ellos, encandilarme, cerrar mis ojos y volver a verlos.
Sentir tu presencia, tus ganas de darme cada día motivos para sonreír, para vivir.
Con nuestra fe, con nuestro amor podremos mover montañas, detener el cauce de los ríos, tal vez acostados en una grama dibujando cosas en las nubes.
Construir castillos de arena, escribir nuestras iniciales en todos lados, en el fondo del mar, ponerlas hasta en la espalda del sol.
¡Tú eres mi paz! ¡Mi tranquilidad! ¡Mi calma!
¡Un tesoro encontrado, más que una princesa de cuentos de hadas o de ficción, eres mi realidad! ¡Palpable, visible!
¡La luna, las estrellas que iluminan mis noches!
Lo nuestro va más allá de un beso, una caricia o un encuentro.
¡Tú y yo!
K&L
“Aquí estoy, así es y siempre será así”
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