22 de septiembre de 2009

Era tan extraña que parecía un pez


Quizás a primera vista hay cosas o personas que causan mucha impresión, tanto buenas como malas.
Otras suelen pasar desapercibidas hasta en el momento en que por equis causa decides prestarle un poco de atención. En esos momentos quizás encuentres algo interesante.

Imagino que cuando estas ladillado o estas tomando suelen suceder cosas muy similares entre si, por supuesto que todo lo que haces o piensas es extremadamente tonto o estupido y no se hasta que extremo, gracias a los efectos de el alcohol o de la ladilla según sea su caso. Lo cierto era que aquello no pasaba por alto o no podía hacerlo.
Sucede también que casi poco le presto atención a las personas o a las cosas, y mucho menos sino me interesan o si no hay nada en común entre nosotros.

La chica en cuestión era algo gorda y a la vez graciosa porque su anatomía la hacia parecer un globo, era tan extraña que a veces me hacia pensar que era un zanahoria de grandes dimensiones vestida de jeans.
La cara algo sonrojada, obvio que no era anaranjada y un cigarro en sus manos que se veía miniatura, cada vez que lo aspiraba se hacia semejante a un pescado tomando una bocanada de aire. A veces me la imaginaba en una piscina, haciendo las veces de una pecera gigante y ella haciendo el intento de moverse o de tal vez nadar si se le podía llama así

También me tripeaba lo cómico que se veía sentada ya que no se diferenciaba en nada.
Se sentía un poco cómico y a la vez surrealista pensar que hablabas con una ballena, era tan vulgar que el humo que botaba apestaba y los tragos hacían que se pusiera más chabacana, que su voz se transformara en algo tenebroso.
No podía faltar la arrogancia de su parte y a veces demostrar malas intenciones.

Era espeluznante imaginarte una pesadilla con ella, corriendo en un callejón sin salida y que los pasos sean muy torpes y lentos, mientras muy de cerca te sigue la mujer pez y mas triste aun si te llegara a alcanzar y a caer en encima.

Realmente fue un tripeo vacilarme algo de esta magnitud, menos mal que ella no bailo sino hubiera cambiado de personaje, hubiera sido el propio barney en persona, solo que de color blanco y no morado como el personaje y con la cara de un pez.

La silla era pequeña ante el exagerado tamaño de su trasero aberrante.
Al caminar imagino que el piso temblaba.
Me hizo recordar en el típico nombre de bares indecentes de películas y hasta reales llamado “el pez que fuma”.

La verdad, realmente no me importa quien carajo eres, ni donde vives, ni ninguna de esas marisqueras, lo que si fue que al compás de los tragos y esa música indecente y desagradable hiciste que maltripeara todo ese rato que estuviste ahí.
Gracias por ello!

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