10 de octubre de 2009

De infamias, patrañas y cosas que quizás a nadie le interesen.


De lo bohemio e infame que a veces suele ser la vida.
De promesas incumplidas que se hacen pedazos o se desvanecen, como las palabras atoradas que no saldrán de la boca de un mudo.
De lo contrastante, antagónico y ladillosos que son los días calurosos y también los lluviosos.
Del inconformismo, la rebeldía, la anarquía, las ganas de gritar y cuestionar todo, típico de la juventud, análogo al día a día del punk.
De lo imbecil, hipócritas y jalabolas que a veces pueden llegar a ser las personas.
Del empeño y a la vez absurdo lema de que las historias solo las escriben los ganadores y no los perdedores.
De los vivos que se empeñan en querer morir y los muertos que se empeñan por querer vivir.
De la cobardía, el conformismo en seguir una relación amorosa que no te llevara a nada.
Del insomnio que al igual que una noche de borrachera te deja hecho trizas al día siguiente.
De lo inútil y pacato que hacer según lo que los demás consideren que es bueno, correcto y no hacer lo incorrecto que en su defecto para ti es lo mejor, lo bueno.
De las drogas, legales e ilegales, viejos tomando fármacos, pavos y choros consumiendo crack sin ningún tipo de distinción, ni pena alguna.
De la Ah1n1, del boom que causo, que de una pandemia y una crisis mediática inventada paso a ser el furor de todos aquellos ingenuos y su bendita fiebre por usar un tapabocas y creerse interesantes.
De los evangélicos, cristianos, católicos y cualquier dogma o religión y lo sabroso que es ser mundano, vivir en el constante pecado, disfrutar y gozar del libre albedrío.
De los lentes de pasta que uso sin tener ningún tipo de problema visual y que me hacen parecer como un intelectual y así cuantas personas los llevaran solo por paveo.
De todos los pares de lentes que tengo, que si me da la gana uso un par diferente diario. De los zapatos que tengo regados en mi habitación y que por extrema ladilla no me da la gana de ponerlos en su lugar.
De los números telefónicos que tenemos en nuestro celular de personas que nunca llamamos y que quizás no conocemos, resultado de una noche de tragos.
De todos los discos que tengo y que casi nunca escucho, que son parte de una colección que tal vez también podría llamarse avaricia, de las canciones que tengo en mi mp3 solo por cachet, por mi condición de melómano empedernido.
De todas aquellas personas que tenemos agregados en facebook o en cualquier red social existente, solo por avaricia también, por la competencia de ser amigables, panas, sociales y de tener mas “amigos” que nuestros propios “amigos”
De aquel amor eléctrico y loco de la juventud o la niñez que aun recordamos como aquella vez.
De las mentiras, arrogancias, pretensiones, etc. De todo y de nada.
De los tiempos analógicos y los tiempos digitales
De lo que vendrá y lo que ya se fue.
De las victorias, derrotas, alegrías, tristezas.
De los falsos lideres, los profesionales mediocres.
De todos aquellos recuerdos que a veces hacen que mi ánimo se vaya al caño y otras veces al mismísimo infierno.
De todas las veces que escribí mal las palabras haciendo esto, que quizás a nadie le importe, ni a mi
El mundo se acaba cuando uno se muere, no tiene fecha establecida. Grábate eso.

Enjoy.
Be yourself.
No fear.
You can do it!

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