Ya he pedido la cuenta de las veces que a diario pienso en ti, ahora es muy frecuente. Me pasa que a cada rato quiero saber de ti, que harás o simplemente saber si aun existo en tu mente, si tu corazón siente aunque sea algo mínimo por mí.
Ya van 6 meses que nos separamos, 3 meses que comenzamos a tratarnos otra vez y 6 años conociéndonos, en confianza; aproximadamente.
En un momento extraño pensé en cortar todo tipo de contacto y me di cuenta que soy un estupido, un imbecil, por pensar eso. Lo único que sirvo es para echar a perder todo y créeme a veces son tantas mis ideas absurdas que si las llegara a ejecutarlas cagaria todo.
Antes de hacer algo lo cuestiono mucho, lo veo desde todos los ángulos, le doy muchas vueltas; pero lo tonto e insólito es que siempre le doy la solución errada, la respuesta incorrecta.
He orado y meditado más que un monje, quizás suene extraño para un tipo como yo. Vivo en un silencio envidiable, en una catarsis absoluta, donde me acompañan los vestigios de tu ausencia; donde tengo que librar batallas con fantasmas y monstruos internos, ya ves siempre me escoñetan, joden mi animo, mi humor.
Por momentos veo el abismo y siento que actitudes retrogradas me pueden empujar hacia el.
A veces siento que nada tiene sentido, que mis esfuerzos son inútiles.
Quiero decirte tantas cosas Y que me atraganto por no poder, ni tener los medios para hacerlo y termino soltando puras chácharas.
Lo insólito es que tienes es actitud innata para soportarme y enmendar mis errores.
Siento que tengo muchas carencias y que las he tapado con parches que a veces se despegan y acaban con mi poca felicidad, que me mandan a la tristeza directamente. He maquillado en mi sonrisas y el tiempo, las lágrimas las han borrado.
El no saber hacer bien las cosas, mi impaciencia y desesperos han hecho que encuentre un reverso en ti; según yo.
Después de tanto tiempo siento cosas, sentimientos hacia ti que aun no puedo canalizar y ya ves, de todo lo bonito hago un desastre. Perdí la magia, siento que estoy condenado a una soledad perpetua, encerrado en recuerdos, dejando perder todo, viendo como te vas, te alejas de mi y sin poder hacer nada. Necesitando de tus suaves manos para que me ayuden a levantar y me hagan volar de nuevo, a encontrar mi espíritu en los desperdicios que deja mi desorden.
Y así es Y no soportaría vivir sin saber nada de ti, sin lo poco o mucho que me das, sin tus palabras de aliento, de cariño, de apoyo; alumbrándome en la oscuridad.
Desde que no estas mis dias no son iguales, he tratado de llenar espacios con otras personas pero me di cuenta, quizás tarde, que solo tu lo puedes hacer. No pense que lo llegara a decir y menos con tanta frecuencia pero te extraño Y!
Otra vez, disculpa mis fallas, mis errores.
Corregiré todo lo malo, te lo prometo.
No quiero perderte, no quiero que nos alejemos.
Que dios cuide de ti y las rosas acompañen tu camino!