3 de agosto de 2008

El ego


Un científico descubrió el arte de reproducirse a si mismo tan perfectamente que resultaba imposible distinguir el original de la reproducción.

Un día se entero que andaba buscándole el ángel de la muerte y entonces hizo doce copias de si mismo.

El ángel no sabía como averiguar cual de los trece ejemplares que tenia ante si era el científico, de modo que los dejo a todos en paz y regreso al cielo.

Pero no por mucho tiempo, por que, como era un experto en la naturaleza humana, se le ocurrió una ingeniosa estratagema.

Regreso de nuevo y dijo: “Debe de ser usted un genio señor, por haber logrado tan perfectas reproducciones de si mismo, sin embargo, he descubierto que su obra tiene un defecto”.

El científico pego un salto y grito: “¡Imposible! ¿Donde esta el defecto?”.

“Justamente aquí”, respondió el ángel “Todo lo que hace falta para descubrir al “ego” es una palabra de adulación o de critica”.

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