En lo personal detesto hablar de religión o política a pesar de tener una
clara postura respecto a ambas cosas. No lo hago debido al fanatismo absurdo de
las personas.
Las opiniones deberían de ser subjetivas, sin embargo es molesto cuando estas
se quieren monopolizar y no tomar en cuenta las distintas tendencias.
He pensado que la política es sucia, degrada a las personas. Cuando no se
es tolerante y no se respetan las distintas ideas, esta tiende a romper todo lo
que se le atraviese a su paso para tomar su cauce, como si se tratase de un rio
salvaje. Tiende a cerrar puertas, a sepultar oportunidades.
Aunque esto no es lo mío, quiero expresar que es lamentable la situación actual
de nuestra Venezuela, como si fuera poco todo lo que vivimos. Es difícil sentirse
indiferente a la situación, pretender que todo esta bien y nada pasa, cuando en
realidad no es así.
Detesto toda forma de poder, la autoridad; ambas muchas veces se ejercen erróneamente,
regularmente los que están al frente no están aptos para ello.
El que piensa distinto se condena, el delincuente se ampara; esto pareciera
una regla universal, en mi país se ve a diario.
Venezuela tiene infinidades de recursos, grandes cualidades para estar a la
altura de los grandes, mucho talento por explotar; sin embargo no se le da el
apoyo, la oportunidad, no queremos que el país avance.
En vez de luchar entre nosotros mismos, de condenarnos, debemos de
apoyarnos y ayudarnos a salir adelante en conjunto, trabajar en pro de el y no
destruirlo.
¿A quien le hacemos el daño? A nosotros mismos…
La manera mas correcta de solucionar todo en la vida se basa en el dialogo,
la igualdad y tolerancia, sin embargo nada de esto se cumple.
Da impotencia ver derramar tanta sangre de venezolanos, vidas que se
pierden, luces que se apagan, ilusiones que se quedan solo en ilusiones y no es
la solución, no es la salida.
No se trata de una guerra, se trata de que todos los queremos vivir en paz,
con igualdad social, inclusión, que la calidad de vida sea mejor. Donde haya
oportunidades para todos indistintamente del color de nuestra camiseta o
tendencia política.
Así como cuando nos unimos para apoyar a la “Vinotinto”, así debería ser
todo el tiempo.
Unidad, solo eso.
La bandera es para todos los venezolanos, es tricolor, no de uno solo;
entonces no deberíamos polarizarnos. Todos entramos en este gran país, simplemente
queremos paz.
¡Somos hermanos, somos uno!
22/02/2014