7 de septiembre de 2012

Todo evoluciona



Somos egoístas al pretender que todas las cosas permanezcan igual a través del tiempo, pueden mantenerse intactas o estáticas, mejorar o empeorar, pero sufren de alguna manera u otra un  cambio generacional.
Podemos incluir en esto: objetos, amistades, relaciones afectivas, bien sea familiares o amorosas, y todo aquello que pudiera “conservarse” en el tiempo.

Con los objetos, algunos toman valor, otros lo pierden, algunos forman parte de algún legado.
No es lo mismo jugar en un viejo Atari, que hacerlo con un PS3, o cualquier gadget moderno. La comparación es abismal, contiene una mezcla de nostalgia con evolución.

Con las relaciones amorosas podemos llegar tan lejos como nos propongamos, claro si estamos con la persona correcta en el momento justo. Ocurre que a veces esta la persona pero no es el momento y viceversa. Es necesaria la combinación de ambos sucesos.

Las relaciones familiares se mantienen por el vinculo sanguíneo que involucra, aunque muchas veces no sean las mejores, algunas tienden a fortalecerse, otras a corroerse.

Las amistades son más complicadas de describir ya que suelen ser cambiantes y versátiles; podemos encontrar de todo, desde honestos hasta desleales; los que después de tener una buena posición se van degradando hasta ser simples conocidos o contactos; o los que al pasar el tiempo se van volviendo piezas imprescindibles.
La amistad es como una pirámide, debe de tener bases solidas para que el ascenso sea confiable y seguro; no un castillo de naipes que se derrumba ante el mínimo soplido.

Sucede que las prioridades de las personas al pasar el tiempo son distintas, no podemos quedarnos aferrados a vivencias pasadas ya que estamos en una evolución constante, en continuos retos y por ende no podemos vivir estáticos, sino estar en movimiento.
Es algo respetable y que se tiene que entender.

Entonces basado en las acciones e intenciones debemos de esperar un resultado acorde y saber interpretarlo, descifrar el mensaje.
Todo cambia, evoluciona, para bien o para mal. Es parte de la vida misma.
Nada queda congelado en el tiempo, nada permanece igual.
Cada quien toma su rumbo de acuerdo a la conveniencia o lo que espera encontrar, debería de ser así y no quedarse anclado en pasajes antiguos, esperando que todo sea lo mismo.

El miedo inminente de toda persona debería de ser como el de una fruta, que luego de tantos cambios hasta llegar a ser vistosa y apetecible, no sea tomada en cuenta por nadie y cuente sus días sola hasta podrirse, sin haber servido, ni ser productiva, sin dejar semillas para que sus genes permanezcan en el tiempo.
Recordando que el siguiente paso a la madurez es podrirse.

Entonces debemos de aprovechar el tiempo, aprovechar todo, las personas mientras permanezcan a nuestro lado. Hacer cosas productivas, que sean duraderas al pasar los años.
Que nuestra presencia se note cuando ya no estemos. Vivir y dejar hacerlo, es todo.
Prepararnos para lo que viene y sacar lo mejor de ello. 

PD: Imagen tomada del nuevo disco de la banda "The Zeta" titulado "Las nuevas tendencias"