5 de enero de 2012

Una historia muda

Siempre se sueña con alguna otra oportunidad, al menos eso era lo que el pensaba, al fin al cabo en algún momento de la vida todos la tenemos. Sucede que de vez en cuando se reprimen sentimientos, ideas y también suele suceder que muchas veces todo esto es correspondido, y por no expresarse, se quedan el limbo. Muchos recuerdos, instantes atrapados en sueños, en pensamientos, en mensajes de textos y llamadas imaginarias, en comentarios en redes sociales, todo esto que de vez en cuando forman parte de la rutina, bien sea por el fastidio o cuando la ebriedad da por aflorar la sinceridad. No era fácil tratar de no quedar atrapado nuevamente bajo el hechizo de aquellas piernas que alguna vez formaron parte de la cotidianidad de este chico, verse en aquellos grandes ojos insinuantes, en miradas tímidas, aparentemente, hablantes y movimientos más que peligrosos que a la chica le daba por dar. Bajo la perspectiva de alguien que ve señales en cosas diminutas, todo eso era esperanzador, ella tampoco lo negaba, lo disimulaba a medias, como dejando pistas. La primera señal clara para que algo exista o al menos notemos que esta pasando verdaderamente es la mirada, con algo de complicidad y correspondencia, y de hecho, existía. La segunda, en labios que sonríen y hablan tímidamente. A todo esto se le suma un poco de picardía, que es un arma de doble filo y más cuando se maneja con cautela, y se sabe explotar en momentos precisos, claro, con algo de agilidad. Todo eso existía, y no para sorpresa… Los años pasan, en eso estamos claros, en lo que aun no estamos claros es que, hay cosas que se quiebran y dejan trazas invisibles; cosas o personas que se separan y a pesar de la circunstancia, quedan pequeñas o grandes uniones. Imagino que en un clima así, todo es fascinante, hay muchas cosas que quedan en el aire y a veces es mejor no tratar de tocarlas, ni capturarlas, sino dejarlas volar, flotar. Que todo quede en la imaginación, en lo se supone que debería decirse, en esa delgada línea imaginaria que separa el pasado, el presente y el futuro. A pesar de llevar vidas diferentes, existen muchas razones que unen a las personas, a la hora de la verdad el espíritu vence al ego y quedamos todos de un mismo tamaño, por mas fuerte que seamos se nos ve la costura. Por lo visto, hasta los momentos o hasta siempre la historia de estos chicos quedara en silencio, como un baúl arrojado al fondo del mar, hasta que un curioso lo encuentre y destape algo hasta ahora oculto. De seguro para ambos es factible guardar aun cosas en la mente, en el corazón, antes que borrar todo, cosa que resulta casi imposible. Para ellos, esa oportunidad quedara atrapada en el tiempo, formando parte de una especie de comodín para la ficción y no para la realidad. Todo quedara en infinitos puntos suspensivos. La vida es caprichosa y tiene sus razones. Como también es cierto que tenemos que aceptar que hay gente que se queda en nuestros corazones, aunque no se quede en nuestras vidas… 04/ 01 2012