24 de mayo de 2011

Irresponsables, Mi Eterna Paciencia y Yo


Estoy parado justo en la línea que divide la cordura de lo irracional, a un paso de romper con años de paciencia, de silencios, donde siempre por cortesía es mejor callar antes que explotar, donde se cohíbe la idea de enviar todo al abismo por pretender que todo mejore.
Nunca la espera ha sido mi mejor virtud, solo he tratado de manejarla o disimularla para que el descontento que me causa no se haga evidente.
Últimamente, no se si por gracia o desgracia me ha tocado relacionarme con personas irresponsables, a las cuales se les hace mas fácil mentir o conseguir todo de tipos de excusas, antes que cumplir con su trabajo. Parece que tuvieran un manual infinito de mentiras, excusas y malas costumbres.
Particularmente me gusta cumplir, aunque no este presente, así sea a la distancia. Nunca me ha sido fácil quedar mal parado y no es mi costumbre darle la espalda a mis responsabilidades. Ya es cuestión de crianza, las mañas se adquieren en el camino, de viejo.
Me es difícil y se me hace incomodo estar o sentirme estático, haber avanzado poco por culpa de la ineficiencia, de la frescura o “viveza criolla” de terceros.
Ahí es cuando se derrumban los años de constancia, de eficiencia, de buen trabajo. Se pierde la confianza y muchas veces hasta la autoestima. Entonces al romper esa racha vale ya un carajo la cordura, la educación, se ha violado un código y por ende se queda o se siente como si de verdad fuésemos un irresponsable más y no es así.
Cuando se llega a lo irracional entonces se cae en lo corriente, en lo chaborro y aunque no es excusa, sinceramente no hay otro camino o manera de hacer entrar en razón a los irresponsables o tal vez cómodos o inútiles, a los que todas las cosas les quedan grandes para su poca capacidad de respuesta.
Por personas así es que actualmente todo es deficiente, precario. Es poco lo que pueden aportar, lo que tiene buena calidad; ya que pocos se comprometen a prestar un óptimo nivel de trabajo.
Todo colapsa y no pasa nada, aparentemente.
Hasta yo estoy a punto de colapsar y no es para menos.

Estoy harto de esperar, de ver como pasan los días y no sucede nada, de aparentar que mi paciencia es eterna, de siempre poner cara de compresión, de entender aunque por dentro los este mandando a todos al mismísimo infierno.
Hasta el reloj de arena se detuvo, seria buena opción romperlo a ver si se rompe este mal ciclo y con el se esparzan las mentiras, las excusas y realmente se cumpla o se haga lo que se debe.

Dios, si estas son pruebas de verdad que son bien fuertes y hasta decepcionantes. Solo espero que terminen rápido o al menos ir saliendo victorioso en cada una de ellas...


13 de mayo de 2011

No son caprichos


He notado que hay ocasiones en que las personas parecen o están más interesadas o entusiasmadas que yo mismo en lo poco que hago o puedo hacer en estos momentos tan inciertos.
Para mí, el tiempo ha pasado en cámara, lenta pero el almanaque se encarga de corregir y mostrarme que ha avanzado vertiginosamente.
A estas alturas pudiera haber hecho ya muchas cosas, como también pudiera haber hecho menos, pero me encuentro en un punto si se quiere estático, como si se tratara de una cola infernal de carros o como si me hubiera quedado accidentado en un lugar desierto y totalmente desolado.
Para mi en estos momentos no hay relojes digitales, ni gadgets futuristas; solo relojes de arena, prehistoria viviente, socialismo silencioso.
Todos aparentar ser felices, o al menos se disfrazan de ello, es moda, tal vez.
He visto como muchos fingen andar apresurados, ocupados cuando en realidad no lo están, andan sin un horizonte, solo inventan este teatro mediático para que los tilden de interesantes.
Todos se jactan de tener grandes trabajos, de sus flamantes “títulos” universitarios, como si a los demás les interesara o importara saber de esto; pero ni por nada dicen lo fácil y lo rebuscado que les fue obtener esto, o lo pirata y mediocre que es.
El que de verdad se esfuerza por lograr u obtener algo ni lo menciona, la satisfacción se lleva por dentro, por ello siempre va a valer mas una imagen que mil palabras o mil cuentos, en este caso.
Muchos presumen de lo avanzado y moderno de su teléfono móvil, pero ocultan las precarias condiciones de su bolsillo o el hambre que llegan a pasar para mantenerlos, muchos ni siquiera los tienen activos, solo es una apariencia, una vanidad de una especie de mundo paralelo que se ha venido creando a través del tiempo. No se si por culpa de la TV, de las crecientes e influyentes redes sociales o de la escasa materia gris de ciertas personas.
Dentro de toda esta arrogancia, este mundo surreal por lo visto aun tengo espacio; lo he sentido y me lo han hecho saber, claro esta, soy un caso aislado y libre de todos esos síndromes y pacaterias actuales.
Tal vez hace ya un tiempo viaje al futuro y me vacune, me hice inmune a todos estos virus actuales. Llevo en mi sangre ADN 2.0 del bueno.
Lo que para muchos es el presente y lo que vendría siendo el futuro, ya para mi es el pasado; lo he vivido o es obsoleto o nunca ha existido. Quizás para mi son solo flashes o una especie de deja-vu.
Esas burbujas de jabón donde muchos flotan e ignoran que no son eternas, cuando se rompen y se vienen en caída libre hacia el abismo o el mundo real es lamentable el coñazo que se dan, claro, así también se aprende y se madura, aunque de un modo anacrónico y poco convencional.

Por ello, por mi y por todas aquellas personas que aun creen y seguirán creyendo en mi, seguiré luchando, sin desvanecer; en este mundo lleno de zombies, de perros rabiosos transformados en cuerpos humanos, de personas falsas; que olvidan o ignoran que absolutamente todos necesitamos del mismo sol y del mismo aire para poder vivir. Todos por igual en este mundo tan cambiante y caprichoso.

Ojo, y esto no es un capricho mío...

12/05/11